26(3): 303-311, 2023
SCIÉNDO
Esta obra
está publicada bajo la licencia
Implementación de tecnologías de cuidado: ¿Formas de cuidar o
descuidar en las unidades críticas de un hospital público?
Implementation of Care
Technologies:
ways of caring or neglect in
the public hospital intensive care units?
María Elena Valverde Rondo1,*;
Carlos Tello Pompa1
1 Facultad
de Enfermería, Universidad Nacional de Trujillo. Av. Juan Pablo II s/n – Ciudad
Universitaria, Trujillo, Perú.
*Autor correspondiente: mariavalverder@outlook.com (M. Valverde
Rondo).
Fecha
de recepción: 21 08 2023. Fecha de
aceptación: 06 09 2023.
RESUMEN
Es frecuente
observar a los pacientes en unidades criticas rodeados de máquinas que
dificultan la interacción humana y a los enfermeros preocupados en el uso de
tecnología dura y blanda – dura, rompiendo el vínculo con las tecnologías
blandas, que los vuelve rutinarios, generando actitudes que predisponen al
alejamiento de los pacientes. El
objetivo fue comprender las
formas de cuidar o des-cuidar en las unidades
críticas de un hospital público. El soporte teórico estuvo sustentado en los
conceptos de cuidado desde la mirada de la Salud Colectiva de Emerson Elias Merhy. Es un estudio
cualitativo, de acción participativa que se enmarcó en la
Teoría Problematizadora o de la concientización de Paulo Freire, con la
participación de 16 enfermeras. Tuvo como resultado a las siguientes categorías: autonomía en la función que
ejerce; saberes y prácticas implicados en actos cuidadores; momentos de hablas,
escuchas e interpretaciones; momentos de confianza y esperanza; desvío en el
cuidado/líneas de fuga. Se concluyó,
que es necesario instituir espacios de problematización y reflexión de la
práctica y así fortalecer la educación
permanente en salud para regular y lograr cambios hacia el empoderamiento de
los profesionales de enfermería en tecnologías blandas como articuladoras de
las otras configuraciones tecnológicas.
Palabras
clave: cuidado;
tecnología; enfermería; trabajo en salud.
ABSTRACT
Patients in
intensive care units are often surrounded by machines that hinder human
interaction, and nurses are often concerned about the use of hard and soft-hard
technologies, breaking the link with soft technologies that make them routine,
creating attitudes that predispose nurses to distance themselves from patients.
The objective was to understand the ways of caring or neglect in the intensive
care units of a public hospital. The theoretical support was based on the
concepts of care from the perspective of a study on Collective Health by
Emerson Elias Merhy. It is a qualitative study of
participatory action, framed in Paulo Freire's theory of problematization or
conscientization, with the participation of 16 nurses. The following categories
emerged: autonomy in the function performed; knowledge and practices involved
in caregiving acts; moments of speaking, listening and interpreting; moments of
trust and hope; deviation in care/lines of flight. The conclusion was that
there was a need to create spaces for problematizing and reflecting on
practice, thus strengthening the ongoing health education to regulate and
achieve changes towards the empowerment of nursing professionals in soft
technologies as articulators of other technological configurations.
Keywords: Care; technology; nursing; health work.
INTRODUCCIÓN
En el ámbito hospitalario se trabaja con pacientes que exigen el uso de
diversas formas de abordar el problema clínico, como es el uso de tecnologías
blandas basadas en la interacción con los pacientes, las cuales pueden generar
cambios significativos en el modo de trabajar en salud. No obstante, cada vez
es más frecuente observarlos en unidades especializadas rodeados de equipos y
máquinas que dificultan la comunicación y a los enfermeros preocupados en el
uso de la tecnología dura que se constituye en una práctica común, creando actitudes
que predisponen el distanciamiento de los pacientes.
Como antecedente histórico,
durante
la Guerra de Crimea en 1984, Florence Nightingale consideró separar a los
soldados en estado de gravedad de aquéllos que sólo tenían heridas leves, para
cuidarlos de manera especial. Esta organización demostró, primeros avances
de
cuidado intensivo, con mejor pronóstico para los pacientes, hasta entonces
desconocidos (Aguilar
y Martínez, 2017).
En los años ochenta, surgen
los modelos teóricos americanos, destacando el proceso enfermero, como
instrumento metodológico que posibilitó el cuidado de los pacientes (Gomes et
al, 2020).
Moraes y Rodrigues (2021), informan que a partir de los
noventa hasta la actualidad el cuidado ha evolucionado hacia la especialidad
de terapia intensiva, que incluye conocimientos, habilidades y actitudes para
reconocer la fragilidad física, emocional y espiritual del ser humano, que
conduce a la autonomía profesional, la responsabilidad y toma de decisiones
como pilares del quehacer enfermero.
Rodrigues (2021) mostró que solo se pueden usar máquinas
e instrumentos, que fueron simplificados como tecnología dura, única de
cuidado. Escobar y Cid (2018) converge con Herrera et al. (2021) al referir barreras en la comunicación, trato
deshumanizado y despersonalizado, es por ello que deben trabajar en conjunto
con la tecnología, pero no vivir para ella, sin olvidar el centro del cuidado,
a la persona y la familia.
No obstante, el mundo tuvo que enfrentar una nueva pandemia ocasionada
por la COVID 19, declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11
de marzo del año 2020, exigiendo a las autoridades gubernamentales y a los
equipos de salud realizar cambios para dar respuesta a una población enferma,
muy necesitada de cuidados intensivos, que fue insuficiente y condujo a la
creación de nuevas unidades en la
infraestructura que se contaba. Así mismo se necesitó mayor equipamiento, trabajo en
equipo, buscar nuevos saberes por el desconocimiento de la enfermedad, uso de
técnica avanzada, tolerancia al estrés, comunicación asertiva y una sólida base emocional a una muerte constante (Sepulveda
et al., 2021).
Frente a esta problemática, todavía predomina el modelo biomédico con
énfasis en la medicina científica moderna, en base al paradigma cartesiano, con
enfoque biologista y mecanicista del cuerpo, considerado
como piezas unidas entre sí en una maquina compleja, que necesita ser reducida
a sus partes con el fin de conocer su conjunto (Souza et al., 2018).
Esta concepción, considera la
salud como ausencia de
enfermedad, con abordaje tecnicista de la asistencia, dejando de lado saberes,
deseos y experiencias de las personas, con poca participación en la elaboración
del plan terapéutico de cada uno de ellos. Mientras que, los trabajadores de salud
bio-medicalizados, se comportan como instrumentos muy especializados y fragmentados,
dejando la interrelación enfermera y paciente con una escucha desinteresada, actitud
no acogedora, falta de responsabilidad, con frecuencia del cuidado (Abreu et al., 2017).
En esta perspectiva, el
presente estudio se fundamenta en la
micropolítica de trabajo vivo en acto en salud según E. Elías Merhy (Barbosa, et al., 2021; Rodrigues,
2021), quienes plantean las tecnologías en el trabajo en salud y son; 1) Tecnología
leve y/o blanda, que incluye producción de vínculos, acogida, uso de habilidades
de comunicación para lograr una adecuada expresión verbal, empatía, autonomía,
corresponsabilidad, y postura ética para gobernar los procesos de trabajo. 2)
Tecnología leve - dura, que comprende teorías, saberes estructurados de las disciplinas
como epidemiologia, medicina, enfermería, entre otras. 3)Tecnología dura, que implica
los recursos materiales, normas de rutina y máquinas que actúan junto a
estructuras de las organizaciones.
Tecnología deriva del
término griego techné, que es el saber hacer, y
logos, que es razón, de un saber con sensibilidad y habilidades de reconocer
el que y porqué de un saber estructurado y justificada intencionalidad,
produciendo resultados que satisfaga las necesidades singulares de las personas
y así humanizar la asistencia (Shoji et
al., 2017; Almeida et al., 2018). Mientras que, el trabajo vivo en acto en
salud, es la producción del cuidado centrado en las tecnologías leves, con el encuentro
entre dos personas, generando un juego de expectativas y producciones, que
persiste solo cuanto el momento dure, en una marcada desconstrucción y construcción de la realidad social de pacientes
para el autogobierno y aproximación del hacer en salud, en los proyectos de
vida de las personas, sin dejar de considerar a las demás tecnologías. El
trabajo muerto, esta centralizado en las tecnologías duras, dirigidas a la
disfunción biológica, aunque son necesarias para la organización del trabajo,
se corre el riesgo de que el cuidado sea menos creativo, poco sensible, frente
a situaciones que impone la singularidad del paciente y la familia (Souza et
al., 2018; Seixas et al., 2016).
A partir del referencial de Merhy, se integra
los conceptos de Paulo Freire, que impulsa el pensamiento crítico y liberador
de las tecnologías duras y blandas duras, para una sociedad justa y
equitativa, con una mirada a la relación dialógica que lleva a la reflexión,
sensibilidad, autonomía, y énfasis en la participación y empoderamiento de
priorizar tecnologías leves en la UCI como el territorio de cuidado (Antonini y Heideman, 2020; Monroy et al., 2018).
Con este artículo se pretende contribuir a la reflexión de instituir las
tecnologías leves como componentes indispensables, que operen en todo momento,
articulado a las otras tecnologías, teniendo en cuenta la centralidad del
cuidado en el paciente y no en el procedimiento, al promover prácticas que
buscan garantizar la integralidad del cuidado que tenga sostenibilidad en las
unidades críticas. El objetivo, de este trabajo es comprender las formas de
cuidar o descuidar a
pacientes de las unidades críticas de un hospital público.
METODOLOGÍA
Estudio de
enfoque cualitativo que buscó la comprensión de los profesionales de enfermería
en las unidades críticas de una Institución hospitalaria, como una fuente
directa de datos y el investigador como principal instrumento. Se aplicó el
Itinerario metodológico de Paulo Freire (Heidmann et al., 2017) con base en un dialogo horizontal, crítico
y reflexivo, mediante la investigación de acción participante que lleva al empoderamiento
del enfermero hacia la solución de un problema de salud. Constituyen tres momentos dialécticos y son: 1.
Investigación temática: que es la recolección de datos que identificaron temas
generadores, extraídos del dialogo con las enfermeras, al problematizar
experiencias de cuidado al paciente crítico, en una interrelación humana,
reflexiva con momentos
de habla, escucha y acogida 2. Codificación/ decodificación: que es la reflexión de cada tema generado, de una
situación dada en el cuidado, luego es analizada a partir de la interpretación
colectiva de los enfermeros, con apertura de nuevos proyectos existenciales en
las tecnologías de cuidado. 3. Develamiento crítico, se da en el proceso de
acción-reflexión-acción de la práctica, hacia la transformación, que procura
liberar a los enfermeros de sus vivencias que no permite analizar las
tecnologías leves, conocerlas, descubrir que hay en su interior y conducir a
una sociedad más humana, no solo para modificar la práctica, sino para crear
nuevas estrategias.
Los momentos
referidos anteriormente se realizaron en cada una de las unidades, los que
fueron constituidos en 5 círculos de cultura, como un espacio dinámico de
dialogo y saberes de enfermeros que se reunieron 2 veces al mes, para
investigar temáticas de interés del grupo que llevaron a la reflexión de la
articulación de las tecnologías de cuidado para buscar de forma colectiva,
transformar la realidad hacia una perspectiva interdisciplinaria e
intersectorial para una mayor resolución hacia la integralidad del cuidado.
La muestra fue
16 enfermeras en ejercicio profesional, de las unidades críticas de un Hospital
Público, que conformaron el Circulo de Cultura de la UCI adulto con 6
enfermeras, seguido del Círculo de Cultura de Shock Trauma de emergencia con 6
enfermeras y el Circulo de Cultura de la UCI pediátrica, con 4 enfermeras,
seguido de un ideal común al discutir la percepción profunda de las tecnologías
de cuidado.
La investigación temática se realizó en los meses de enero a julio del año 2022. Como criterios de inclusión se consideró:
participación voluntaria, estar vinculado a la unidad critica durante 1 año, asistencia
a reuniones establecidas en cada circulo de cultura. En la exclusión se tuvo en
cuenta: enfermeros que prestan servicios en áreas no críticas, o estar de
vacaciones o licencia. Para garantizar el anonimato de las participantes fueron
identificados con claves: E1, E2, E3 … E16. El escenario de reuniones fue en
las mismas unidades de los 3 círculos, en fechas programadas teniendo en
cuenta la disponibilidad, con una duración promedio de 2 horas. Se constituyó
el cuarto y quinto Circulo de dialogo con todos las participantes. Los datos
fueron registrados en el diario de campo, asociados de grabaciones de audio y
transcripciones en su totalidad.
En cada circulo, la investigadora presentó el
objetivo y metodología de estudio, que comprende las etapas del Itinerario de Paulo
Freire. Se inicia la investigación temática con el lanzamiento de la pregunta norteadora: ¿Cómo implementan las tecnologías de cuidado?
¿Cómo promueven el uso de tecnologías leves?, que motivó la discusión en cada
círculo, socializando 12 temas en la pizarra por cada circulo. En la segunda
etapa los 36 temas fueron presentadas al Cuarto Circulo de dialogo para que sea
revisado hacia la codificación/decodificación. En la tercera etapa la
información transcrita fue presentado a las enfermeras nuevamente al Quinto
Circulo para que los temas fueran develados mediante un proceso de
acción-reflexión-acción, que en base a la proximidad y similitud se obtuvieron
6 temas: Autonomía en la función que ejerce; Saberes y prácticas implicados
en actos cuidadores; Momentos de hablas, escuchas e interpretaciones; Momentos
de confianza y esperanza; Desvío en el cuidado/Líneas de fuga.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la búsqueda por alcanzar el objetivo
propuesto en esta investigación, se tiene que los resultados descritos
emergieron de las entrevistas de las enfermeras, y fueron analizados a partir
de la pregunta norteadora, e identificados los temas
generadores, desvelaron la estructura del fenómeno interrogado, siendo
agrupadas en: autonomía en la función que ejerce; saberes y practicas
implicados en actos cuidadores; momentos de hablas, escuchas e interpretaciones;
momentos de confianza y esperanza; desvío en el cuidado/líneas de fuga, que
explican en los siguientes temas:
Autonomía
en la función que ejerce
La autonomía
es definida como una condición de libertad del colectivo enfermero en la toma
de decisiones, con juicio clínico para el cuidado, basado en teorías, modelos
y evidencia disponible que fortalece la imagen profesional en el contexto de la
interdisciplinaridad (Soares,
2019).
Desde esta perspectiva, la autonomía que ejercen
las enfermeras en las unidades, se muestra según declaraciones a seguir:
(…) valoro si está
saturando bien o no, la necesidad de aspirar secreciones, si el tubo
orotraqueal está bien fijado para que no se vaya a salir durante el baño,
porque allí si nos encontramos en apuros, puesto que corre en riesgo la vida
del paciente (…)(E1)
(…) Valoro el grado
de dependencia del paciente, generalmente son de grado IV, se realiza la
monitorización, el baño, se administra el tratamiento, curación de vía central,
cambio del fijador del tubo orotraqueal, aspiración de secreciones, medición
del residuo gástrico para ver si damos dieta o no y ayude en su pronta
recuperación (…) (E2)
(…) cuando el
paciente tiene Traumatismo Encéfalo Craneano Grave y esta agitado, quiere
levantarse de la cama, sacarse los catéteres instalados (…) recibe sedación y
se informa al médico y si no se encuentra en la unidad yo tomó la decisión (…)
porque le hace daño estar agitado (…) aumenta la presión intracraneana.
(E15)
Puede percibirse en las enfermeras en estudio, una
práctica segura, responsable y afectiva, determinada por la valoración del
paciente crítico, con una descripción clara de atribuciones, independiente de
la presencia del médico, que se fundamenta en conocimientos aprendidos,
experiencia propia y habilidades adquiridas, con base en principios
científicos, con el objetivo de reducir daños y días de hospitalización (Gomes
et al., 2020).
Otro hallazgo importante, es que el poder de las
enfermeras se hace visible cuando desarrolla su autonomía, como lo muestra la
codificación, al permitir el ingreso de los familiares a la unidad en
diferentes horarios como se refiere en los siguientes discursos:
(…) es necesario la presencia de la familia en la
unidad porque contribuye en el cuidado del paciente, sobre todo de aquellos que
están saliendo de la etapa crítica y se van a sentir reconfortados (…) ello
ayuda a su recuperación. (E3)
(…) la unidad tiene horarios de visita establecidos
para el ingreso de familiares y son dos veces al día, pero hay momentos en que
hay que ser comprensivos (…) por ejemplo cuando el paciente está en agonía (…) hay
que permitir el acompañamiento familiar. (E16)
Las
profesionales relatan flexibilidad de horarios en la visita de los
familiares en las unidades de cuidado intensivo, el que es consistente, con
el estudio de Venuti et al. (2021) y Guerrero et al., (2019), quienes
afirman que el 78% de familias prefieren horarios de visita extenso, el cual
es un indicador de satisfacción del cuidado, como trabajo
vivo en acto, con la aplicación de acciones cuidadores, que se evidencian en
respuestas humanas del paciente, como la mejora de la actividad cardíaca,
menor incidencia de ansiedad, delirio y trastornos emocionales, logrando con
la familia y personal de salud relaciones intercesoras.
En la perspectiva de los autores, las enfermeras
desarrollan actos de salud, que estaría constituido por el protagonismo y la libertad
que consiguen desarrollar en el cuidado del paciente.
En cambio, se encuentran en algunas enfermeras
muchos desafíos para alcanzar la autonomía, porque priorizan las máquinas como
se evidencia en los discursos:
(…) es necesario verificar las máquinas que el
paciente tiene instalado (…) valorar cambios y es lo que reportamos al turno
siguiente. (E15)
(…) la tecnología en el cuidado del paciente
crítico, es muy ¡importante! porque es indispensable para valorar parámetros en
las máquinas, si están normales o no y de acuerdo a ello actuar o comunicas al
médico (…) o trato de solucionarlo. (E16)
Se observa que
las participantes aplican prácticas
especializadas con énfasis en tecnologías duras y semi-duras
sobre el cuerpo enfermo y se desenvuelven en una rutina de hegemonía del
paradigma biologista, que se da en función de los
procesos patológicos, el cual es señalado por Benet et al. (2016) como trabajo
muerto y que no es la ausencia del aparato tecnológico que los usuarios
reclaman cuando necesitan los servidos de salud, más es la poca atención,
descuido, indiferencia de los trabajadores, y en dar sentido y cuidado al dolor
y sufrimiento.
Por consiguiente, en el develamiento crítico del
tema autonomía, se requiere el apoyo en la práctica, mediante una estrategia de
educación permanente en salud, a un grupo social de enfermeras que trabajan en
las unidades críticas con la intención de implementar proyectos de practica
asistencial participativa y de hacer abstracciones de esta práctica en base a
tecnologías leves con la intención de construir conocimiento acerca de la
autonomía en el grupo profesional.
Saberes y practicas implicados en
actos cuidadores
El tema
generador presentado por los círculos de cultura considera que cuando actúan en
la producción de un acto de salud, movilizan al mismo tiempo saberes y modos de
hacer específico, sobre el problema que va a enfrentar, en el cual se
manifiesta un saber territorializado en su campo de acción, que marca la
dimensión cuidadora sobre cualquier tipo de acción profesional (Franco y Merhy, 2011).
De esta
forma, se logra la intersección entre el problema concreto que se tiene delante
y lo constituye en sí, el paciente que es portador de la patología que lo llevó
a una situación crítica; unido a un recorte profesional del problema, que viene
a ser núcleos en los cuales operan centralmente las tecnologías, como se
develan en los siguientes discursos:
Las maquinas son una
fuente de ayuda, por ejemplo, de todos los equipos, el ventilador es muy
importante porque pasa a ser parte del cuerpo del paciente y si fallara, puede
presentarse un paro cardiorespiratorio y morir (…) y
ello me hace sentir mal, porque yo quiero entregar bien a mis pacientes. (E5)
(…) la Sra. Irma, a pesar de estar despierta, no ventila por sí misma,
depende mucho del ventilador, ella no está sedada, se deja llevar por el
ventilador. Tal es así, que cuando suena la alarma, ella nos mira y hace gestos
para que le aspiren o revisen la máquina y vean que pasa (…) nos quiere decir
arréglenlo (…) depende mi vida. Eso me imagino que quiere decir y hay que
actuar de inmediato. (E6)
En los pacientes observo que el solo hecho de hablarles y explicarles
que el “ventilador es su pulmón” se logra sincronismo con la maquina y no es
necesario sedación. (E7)
(…) Para mí, la sedación
también es importante, sobre todo al inicio cuando el paciente es invadido con ventiloterapia, porque es necesario que haya sincronía
paciente-ventilador, de lo contrario lucha con la máquina y eso le hace daño (…)
como un barotrauma y hay que evitarlo en lo posible.
(E14)
Los discursos consideran
procesos creativos que dan lugar a actos de cuidar, dado por cada enfermera,
que actúa de un modo singular, en un entorno de intersubjetividad y relaciones
en el campo de tecnologías leves, que se evidencia en la dimensión sensible de
la percepción de la vida de los pacientes y del equipo de salud, que se muestra
en hablas, gestos, preocupación, responsabilidad, al lado de situaciones de
constante deconstrucción y construcción de territorios existenciales de trabajo
en salud, articulados a criterios dados por las tecnologías duras con el uso de
máquinas y tecnologías semiduras que se aplican en saberes de sedación,
complicaciones por el mal uso del ventilador o falta de sincronía con el mismo (Franco
y Merhy, 2011).
No
obstante, se encontró participantes que priorizan las tecnologías duras, y sus
propios saberes en el cuidado del paciente, como lo evidencia los siguientes
comentarios:
Se puede valorar alteraciones como ondas T
picudas, y/o cambios en el trazado como una bradicardia o taquicardia, en el
monitor, que compruebo con la valoración del pulso apical y un
electrocardiograma y si esta normal, evaluó si es por dolor, o quizá están mal
colocados los electrodos (...)con la información que se tiene se contrasta con
el estado general del paciente, es muy útil. (E4)
(…) como enfermeras
intensivistas de niños, se controla las funciones vitales, se valora el patrón
respiratorio, hemodinámico, renal pero nuestro objetivo principal es manejar
parámetros y no trabajar por rutina con el ventilador, sino ir destetando al
niño de la maquina y alejar de la agresividad del O2. Esto nos
ayuda, mucho más si actuamos con conocimiento actualizado. (E14)
Estos resultados llevan
a reflexionar acerca de lo que ocurre en la práctica clínica diaria. Tal es
así, Gerra y González (2020), encontraron en la
unidad como cultura interna, el predominio del cuidado técnico y la
organización centrada en profesionales, que conlleva hacia la asistencia
deshumanizada. Se suma Bucci et al. (2021), quien señala
que ajustar los parámetros de la ventilación mecánica pueden ser
insuficientes si no sabe el funcionamiento de la maquina y sugiere articular la
comunicación eficaz, así como el compromiso del equipo de salud en el juicio
clínico del avance físico, psicológico y espiritual del paciente.
Este
desafío de la comprensión del acto cuidador y la vinculación de los equipos de
trabajo de las unidades criticas devela transformar la práctica mediante respuestas
construidas a partir de la reflexión, solidaridad, empeño de los enfermeros y demás actores sociales en la producción de cuidado
centrado en las tecnologías leves.
Momentos de
hablas, escuchas e interpretaciones
En este tema generador visualiza que las enfermeras
aplican las tecnologías relacionales en la práctica diaria, tales como se
observan en los discursos; la comunicación, toque, tono de voz, la caricia,
gestos como evidencia de tecnologías leves, en el cuidado:
(…) si el paciente esta despierto, lo saludo así no
pueda contestarme (…) le digo voy a cuidarle “me llamo Sonia” soy enfermera. (…)
trato de hacer todo lo que este a mi alcance para que el paciente mejore. (E4)
(…) hay que tener en cuenta que algunos de
los pacientes están sedados y otros despiertos y hay que explicarles sobre el
cuidado que se brinda (…) (E2)
(…) hay que hablarle, porque creo que me
escucha, “hijito tienes que colaborar” porque creo que cuando está saliendo de
la fase crítica, reconocerá mi voz. (E9)
En la interrelación con el niño, las palabras
lo reemplazo con caricias, contacto y el arrullo porque el niño te inspira eso (…)
sobre todo cuando son más pequeños. (E10)
(…) en el momento de iniciar el destete del
ventilador se habla al paciente y se dice “Sr. respire” al mismo tiempo se
interpreta los gestos. Por ejemplo, señala el cuello (…) ¡ah le duele la
garganta ¡es el tubo orotraqueal! (…) en esta etapa hay que estar pendiente de
sus gestos, para comprenderlo y administrarle un bolito de analgesia o
informar al médico (…) porque cuando pasa la etapa crítica ellos refieren
sentir mucho dolor cuando están con el tubo orotraqueal, es como” estar con una
solución picante en la boca”. (E16)
De los discursos, se desprende, que las enfermeras
priorizan las tecnologías leves sobre las duras y blandas duras en un territorio
que es dominio no solo del enfermero, sino también del paciente y su familia
para acoger, escuchar, interesarse, contribuir a la construcción de relaciones
de confianza y confort como se muestra en lo siguiente:
Cuidar pacientes rodeados de máquinas se
basa en el respeto de mis colegas, el trabajo planificado y competente (…) el
cuidado es de equipo porque interviene la familia, medico, fisioterapista,
psicólogo, nutricionista… (E7)
La familia se acerca y pregunta ¿Cómo está
mi paciente? (…) se le informa porque esta con máquinas, y con palabras
sencillas, se explica en que consiste el destete de ventilador. Es muy
importante sobre todo cuando está en modo CPAP porque el paciente se acostumbra
al ventilador y ya no quiere respirar por sí solo, demorando el destete y su
estadía en la UCI. Es en este momento en que la familia participa ayudando con
los ejercicios respiratorios del paciente, los que fueron enseñados por las enfermeras.
(E15)
Los participantes de los
círculos de cultura, consideran que el equipo de trabajo y la familia del
paciente también necesitan cuidado, aplicando tecnologías leves, como la
escucha, comunicación, gestos, creación de vínculos que posibilitan al trabajador
actuar sobre las realidades singulares de cada usuario, articulando las
tecnologías duras y blanda-duras, con una postura integral de tecnologías en
salud de acuerdo a las necesidades de cuidado, en un contexto de humanización
que incluye un ambiente físico, cuidado del paciente y sus familiares, así
como las interacciones con el equipo de salud, que torna efectiva la asistencia
a la persona con enfoque biopsicosocioespiritual, logrando
posicionar la centralidad del cuidado en el usuario y no en el procedimiento. (Seixas
et al., 2016; Ouchi et al., 2018)
Los autores mencionados
convergen con Abreu et al. (2017) al encontrar que los enfermeros consideran
relevante el uso de las tecnologías relacionales, que involucran comunicación,
escucha, y acogida vinculada a la empatía, que permiten interpretar los
gestos, tonos de voz, expresiones faciales, de pacientes frágiles y
vulnerables, y así comprender sentimientos y ofrecer apoyo emocional al otro.
Correa y Chavarro (2021)
consideran que la participación de la familia en el plan de tratamiento es una
medida antidelirium, porque al incluirlos en el
cuidado con una comunicación asertiva y clara favorecen el soporte y permiten
el contacto físico con el paciente, mediante masajes, caricias, mensajes de
apoyo en el destete de medicamentos y ventilador, optimizando el proceso de
recuperación.
En el develamiento crítico del
tema generador descrito se tiene al cuidador familiar como un nuevo aliado del
colectivo enfermero y puede contribuir a mejorar la producción del cuidado al
trabajar en espacios intercesores y compartir experiencias que se presentan en
el cuidado de los pacientes estimulando la interacción entre colegas y resto
del equipo.
Momentos de confianza y esperanza
Las
participantes de los Círculos de Cultura presentan una codificación de afectos
en una relación intercesora entre
sí y los otros que precisan ser cuidados mediante el uso de tecnologías leves,
que favorece el alivio del sufrimiento humano causado por la hospitalización y por
la gravedad de la enfermedad, en este escenario de terapia intensiva como se
muestra en los siguientes discursos:
(…) tenemos familias de la Sierra (…) y ellos
son desconfiados, piensan que le hacen a su niño, quieren estar en la Unidad
con toda su parentela y eso no es posible… (…) tenemos que ganar su confianza
explicándole a los padres con palabras sencillas (…) estamos cuidándolo (…)
allí presentes. (E10)
En lo posible así estén
los pacientes sedados o despiertos les doy ánimo para que se recuperen, les
hablo, que luchen por salir adelante (…) (E12)
Del mismo modo, se identifican en los discursos,
encuentros entre enfermeros y familiares, creándose intersubjetivamente
momentos de cuidado espiritual, producto de la decodificación del tema
generador que implica afectividad frente a la muerte, mediante la escucha,
ayuda frente a la angustia de la familia. Se constituye en una sensación de
gratificación por trabajar en un área critica, demostrando acogida, vinculo y
aceptación como se evidencia en los relatos que a continuación se presentan:
(…) durante la guardia nocturna, se tiene en la unidad
un horario de visita para que ingresen los familiares, con quienes se dialoga sobre
los cuidados que se brinda al paciente. De igual modo, se promueve la fortaleza
en la religión mediante la oración y se mantengan unidos. (…) pero al mismo tiempo realizo una oración en silencio para que Dios los ayude,
porque están pasando por una experiencia de vida muy difícil y ruego por la
recuperación del paciente.
(E7)
(…) nos comunicamos con el familiar para pedirle si
podemos llamar al sacerdote o pueda recibir la visita de su pastor según su religión
para que compartan el ritual de fe y amor por su ser querido. (E8)
(…) Así mismo
compartimos la oración con una madre que sufre porque su niño esta grave, e
incluso llamamos al sacerdote, pero no siempre esta…entonces oramos y en
algunas ocasiones bautizamos al niño. Digo a las colegas nuevas, venir a
trabajar en este servicio es una bendición de Dios, porque el Señor nos ha dado
la oportunidad de trabajar con niños. (E13)
Cuando tenemos pacientes
pediátricos se da pase para que los padres ingresen en varias oportunidades a
la unidad y estén con el niño, porque es muy triste observar el sufrimiento de
la familia y se debe brindar el apoyo espiritual, sobre todo escucharlos,
porque preguntan si el niño va a salir de este proceso para llevarlo a casa. (E14).
Considerando los
resultados obtenidos, se percibe en los discursos, una relación intercesora de
aproximación en “estar con” y “estar cerca de” en una actitud de inclusión que
singulariza y establece vínculos de confianza con el paciente, la familia y
equipo profesional, resaltando la acogida como postura, que se desenvuelve en
una vertiente relacional mediante la conducta, el rescate de la subjetividad,
escucha, atributos personales y empatía (Vinicius et
al., 2019). En tanto, Melgarejo et al. (2020), encontró que la acogida se
manifiesta con la escucha, valorando las necesidades de salud, sin embargo,
existen dudas sobre la participación de todos los trabajadores de salud en el
uso de esta tecnología blanda.
En esta perspectiva, el
develamiento critico de este tema generador, se orienta a la producción de
nuevos colectivos de trabajadores enfermeros comprometidos con el cuidado
acogedor y por los vínculos que se forman entre ellos y con los pacientes, actuando
en un escenario complejo de producción, como es una unidad de Terapia
Intensiva.
Desvío
en el cuidado/líneas de fuga
El cuidado es considerado como
una producción subjetiva a partir del trabajo vivo en acto, que se da en la
interacción en los encuentros entre las personas implicadas en un territorio en
común de los profesionales, como de los pacientes y familias. De esta manera,
la dimensión cuidadora se define como un espacio relacional donde se generan
procesos de acogida, vínculo y responsabilización (Benet et al., 2016). Sin embargo,
las acciones en salud han perdido aquella dimensión asistencial, como lo revela
la codificación de este tema generador, con una relación empobrecida a pesar
de los continuos avances científicos, como se revelan los ruidos en las
unidades críticas, que no vincula y no opera con las tecnologías leves como se
encuentra en los siguientes discursos:
(…) las maquinas ayudan en el cuidado del
paciente, sobre todo en las necesidades biológicas, aunque es algo frio, pero es importante porque ayuda a
evaluar cómo está el paciente en estas dimensiones
y tenemos que estar acorde con la tecnología. (E3)
(…) la enfermera se mecaniza con la rutina,
dejando de lado la parte humana ¿Por qué?... en el turno se brinda al paciente,
el baño, confort, tratamiento, pero falta el, tiempo para interrelacionar con
la familia (…) estoy consciente que ello es una falta de cuidado. (E11)
(…)
generalmente el paciente se encuentra con sedoanalgesia,
por lo tanto, cuando realizo un procedimiento, trabajo en silencio, porque
creo que el paciente no me escucha. (E15)
Cuando
me dirijo al paciente es por el número de cama, a veces por su nombre, porque
es la costumbre y es más fácil decir el 305…308, sobre todo cuando está sedado (…)
no es necesario que les hable porque creo que no me escucha, me dirijo al paciente
por su nombre y/o apellido solo cuando está en destete de ventilador. (E16)
Estos relatos muestran
que los enfermeros se desenvuelven en un escenario de intensa dominación de
falta de interrelación, considerando al paciente como objeto, cajas vacías de
saberes en salud, el cual debe ser analizada por el colectivo de profesionales,
porque de lo contrario tienden abrir líneas de fuga dentro de la lógica de
producción de cuidado a su manera, con empobrecimiento de las tecnologías
leves, pero con un arreglo tecnológico para una articulación especial entre
tecnologías duras y blandas-duras (Merhy y Camargo,
2016).
Al comparar estos
resultados con Joven y Guáqueta (2019), informan que
el 22% de pacientes perciben que los enfermeros priorizan el cuidado y nunca el 4%.
En la apertura a la comunicación para brindar educación en salud, el 25%
algunas veces y 9% nunca. Duque et al. (2020) exponen que las necesidades; de
seguridad, proximidad, emocionales, información, son descuidadas por los
enfermeros, dando lugar a un desajuste entre las necesidades de los familiares
y los cuidados que reciben en la unidad.
Por lo tanto, los
enfermeros, abordan las necesidades de cuidado de los pacientes desde una
postura, que se basa en la técnica, poca sensibilidad al priorizar la patología,
el uso de protocolos, aunque necesarios para la organización del trabajo, pero
se corre el riesgo de endurecerlo, enyesarlo, eliminando así la afectividad, creatividad
y por lo tanto, limitado a un trabajo muerto (Seixas
et al., 2016).
Esto exige dar un cambio
hacia el trabajo vivo en acto, al problematizar los conflictos vivenciados en
el trabajo de salud en UCI, que expresan subjetividades que operan en la
realidad, y afectan a los miembros del equipo de salud y en función de esto,
mejorar estas líneas de fuga, desvíos, que implica desterritorializar
estas prácticas para crear otras formas de expresión y construir nuevos
territorios de cuidado, que permita encuentros cuidadores y dar lugar que la
vida del otro es importante y enriquecer así la práctica y a nosotros mismos,
mediante la empatía, expresión de emociones, vínculos y responsabilidad en el
equipo que facilite la espiritualidad (Seixas et al., 2016).
Al mismo tiempo, se puede
instituir la Educación Permanente en Salud como una estrategia para la
construcción de procesos centrados en la problematización de la práctica,
mediante una reflexión crítica y emancipadora para buscar soluciones de los
problemas cotidianos en las unidades críticas (Borges et al., 2019). Los que
deben estar articularlo con los otros territorios, que se constituyen en el I
y II nivel de atención según estructura del Ministerio de Salud (MINSA)del
país, para dar continuidad del cuidado a los pacientes cuando salen de alta de
la UCI.
CONCLUSIONES
Se concluye que el buscar
comprender las formas de cuidar o descuidar que las enfermeras aplican en las
unidades críticas muestran implementación de tecnologías leves y leves duras,
pero todavía persiste enfermeras que tienen como centralidad el uso de las
tecnologías duras. Tal es así, que la investigación proporcionó identificar cinco
temas generadores en el proceso de cuidar, demostrando un proceso de trabajo donde
se establece un encuentro entre enfermeros y pacientes en una producción de
cuidado, que se desenvuelven en dos grandes ejes. El primero es el trabajo
vivo en acto, junto a las tecnologías de cuidado, seguido de los procesos de
subjetivación como elementos que componen el trabajo cotidiano.
Esto se constituye
relevante porque es prioridad las tecnologías leves con énfasis en la
dimensión relacional que se asocian a las tecnologías duras y leves-duras en la
producción de cuidado al paciente critico mediante implementación de tecnologías leves
como centro de cuidado, que posibilita al enfermero actuar sobre la realidad
singular de cada paciente junto a la familia. En ese espacio de trabajo vivo, el
colectivo enfermero muestra autonomía en la producción de actos de salud, que
se construye y re-construye la libertad del hacer, de
manera que se produzcan encuentros entre cuidador y ser de cuidado y la
organización institucional, que al mismo tiempo involucre el seguimiento de
cuidado a los pacientes egresados de la UCI en los otros niveles de atención en
salud que se tiene en el país.
Sin embargo, también se evidenció un trabajo muerto
con centralidad del cuidado en las tecnologías duras y leves-duras. Esto debe
llevar a las enfermeras, a un debate para analizar la problemática y realizar
cambios del modelo tecno-asistencial para la salud como posibilidad de ser
enfrentados por los trabajadores de los tres niveles de atención del MINSA.
Por lo tanto, es necesario que
se formen Círculos de Cultura con enfermeros y autoridades que integran la
gestión de las unidades críticas y de las Instituciones de Salud, para
analizar problemas entre la polaridad y el control en el uso de las tecnologías
de cuidado, que después de un análisis colectivo en cada circulo, puedan concluir
en temas generadores relevantes que requieran pronta solución, mediante una
estrategia de Educación Permanente de salud, con el fin de proponer una
asistencia con prioridad en el uso de tecnologías leves en la práctica,
logrando transformaciones del trabajo.
La Educación Permanente en
salud no necesita de conocimientos, como depósito bancario, sino el auténtico
desarrollo de libertad, concientización, dialogo, acción, reflexión, con y
para el otro. De tal manera que, se logre articular las tecnologías, con
coherencia entre dialogo y la práctica, que hace más humano el cuidado, cuando
se apliquen las tecnologías leves con enfoque intercesor y se conviertan en
nuevos modelos en las instituciones de salud, mediante un trabajo creativo,
flexible que enfrenta contingencias de singularidad de los pacientes y lograr
así un trabajo más vivo que muerto.
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