26(1): 13-23, 2023
SCIÉNDO
Esta obra está publicada
bajo la licencia
Economía del comportamiento: Propuesta de un Modelo Conductual
en el Sector Salud
Behavioral Economics: Behavioral Model Proposal in the
Health Sector
Hugo Antonio Alpaca Salvador1*; Angel
Polo Campos1
1 Facultad de Postgrado,
Universidad Nacional de Trujillo. Av. Juan Pablo II s/n – Ciudad Universitaria,
Trujillo, Perú.
*Autor
correspondiente: hugoantonio.as@gmail.com.pe (H.
Alpaca).
Fecha de recepción: 28
12 2022. Fecha de aceptación: 18 01 2023.
RESUMEN
La presente investigación
propone un modelo conductual que permitiría a la sociedad modificar su
comportamiento hacia la salud preventiva, buscando componentes adecuados basados
en la economía conductual. El problema investigado fue: ¿cómo modificar el
comportamiento actual de los usuarios en los servicios de salud en Trujillo? La
población estuvo constituida por los pacientes que utilizaron los servicios de
salud antes del inicio de la pandemia covid-19, siendo de 884 700 personas. La
metodología utilizada fue una investigación descriptiva propositiva de corte
transversal, dividido en cuatro etapas: Determinación del nivel de conocimiento
en salud, Medición del sesgo cognitivo, Determinación de los factores claves
que generan el sesgo cognitivo; y, Estructuración del modelo conductual. Los
resultados encontrados para elaborar una propuesta conductual fueron que existe
sesgo cognitivo, principalmente en la salud física preventiva y en la salud de
los controles físicos, a su vez los factores que deben ser modificados en el
comportamiento son: exceso de confianza, aversión a la pérdida, heurística de
disponibilidad, anclaje, sesgo de presente, agotamiento del ego y normas
sociales; mientras que los factores que sólo deben ser reforzados en el modelo
conductual son: statu quo, encuadre y heurística del afecto.
Palabras clave:
Sesgo
Cognitivo; Economía del Comportamiento; Modelo Conductual; Sector Salud.
ABSTRACT
This research
proposes a behavioral model that would allow society to modify its behavior towards
preventive health, looking for adequate components based on behavioral
economics. The investigated problem was: how to modify the current behavior of
the users in the health services in Trujillo? The population consisted of
patients who used health services before the start of the covid-19 pandemic,
being 884,700 people. The methodology used was a cross-sectional descriptive
research, divided into four stages: Determination of the level of knowledge in
health, Measurement of cognitive bias, Determination of the key factors that
generate cognitive bias; and, Structuring of the behavioral model. The results
found to elaborate a behavioral proposal were that there is a cognitive bias,
mainly in preventive physical health and in the health of physical controls, in
turn the factors that must be modified in behavior are: overconfidence,
aversion to loss, availability heuristics, anchoring, present bias, ego
depletion, and social norms; while the factors that should only be reinforced
in the behavioral model are: status quo, framing and affect heuristics.
Keywords: Cognitive Bias; Behavioral Economics; Behavioral
Model; Health Sector.
INTRODUCCIÓN
La realidad nos
presenta que la calidad de la atención en los hospitales y postas médicas gestionadas
por el Estado es deficiente, es por ello que las clínicas se convierten en
una opción que ofrecen mejores condiciones de atención a los pacientes
pero más costoso (Donabedian, 1999).
Teniendo en
cuenta que existe una restricción económica en hopitales
privados y una restricción en calidad de servicio en hospitales públicos, la Organizazión Mundial de la Salud (OMS, 2007) indica que es
necesario considerar que la sociedad debe enfocarse a reducir o alargar
situaciones que generen ir a un hospital para que se les
brinde un servicio orientado a la curación de la enfermedad. Para ello Donabedian
(1999) menciona que la conducta de las personas debe señirse
a tomar medidas preventivas en salud, lo cual mejoraría la eficiencia del servicio
de salud pública y forzaría a los hospitales privados a reducir precios de los
servicios ofrecidos.
Dada esta
realidad se pretende desarrollar una propuesta de un modelo conductual que logre
mejorar el comportamiento de los usuarios de los servicios de salud pública en
el distrito de Trujillo, debido a que los usuarios buscan un servicio de salud
eficiente y eficaz, el cual no es otorgado al nivel de sus expectativas por
las instituciones de salud, presentando problemas en programación de citas, abastecimiento
de medicamentos, atención de consultas, programación de análisis clínicos e
imágenes, entre otras; todo ello es reforzado con políticas de salud débiles por
parte del Ministerio de Salud (MINSA) y un sólido manejo sindicalista de los
médicos y enfermeras, conllevando a desacuerdos y exigencias que perjudican el
ofrecimiento del servicio de salud a los pacientes.
El actual estudio es relevante porque se enfoca en
estudiar el comportamiento de los usuarios con respecto al uso de los servicios
de salud para desarrollar una propuesta de modelo conductual que permita
cambiar su comportamiento hacia acciones de salud preventiva para mejorar los condiciones de vida de la población y retribuir a la
mejora del sistema de salud pública en el distrito de Trujillo.
Los beneficiarios de este modelo son los usuarios que requieren
un sistema de salud eficiente cuando necesitan tratarse de alguna enfermedad
que puedan padecer, generando un modelo conductual que logre mejorar la gestión
pública acorde al análisis del comportamiento de los usuarios de salud pública,
lo cual representaría un aporte de trascendencia social.
Los resultados
que se esperan obtener en el presente estudio es verificar la asociación
existente entre el nivel de conocimientos en salud con los sesgos cognitivos,
determinar los factores claves y lograr proponer un modelo conductual
validado que asegure la confiabilidad del mismo en una futura aplicación.
METODOLOGÍA
El presente estudio toma en cuenta la conducta de los usuarios de
los servicios de salud del distrito de Trujillo durante el año 2019, antes del
inicio de la pandemia covid-19, conformado por una población de 884 700 pacientes,
para lo cual se determinó una muestra de 384. La investigación realizada es
descriptiva propositiva de corte transversal. La recopilación de información se
realizó a través de encuestas e investigación documentaria.
La metodología utilizada
para lograr una propuesta de modelo conductual está dividida en cuatro etapas:
Etapa de determinación del
nivel de conocimiento en salud. Para ello primero, se investiga a
través de fuentes secundarias, trabajos de investigación y artículos publicados,
cómo es la gestión en salud en los centros de salud pública, cuáles son las
enfermedades no transmisibles (ENT) y cómo ante una falta de conocimiento y
prevención puede conllevar a incrementar las tasas de mortandad a nivel mundial
y local. Segundo, ante esto, se busca determinar el nivel de conocimiento en
salud de los usuarios de los centros de salud pública, utilizando para ello el
test SALSHA 50 (Short Assessment of
Health Literacy for Spanish Adults),
test que consiste en 50 preguntas con las que se logrará conocer si el nivel de
conocimiento que tienen las personas en salud es adecuado o no.
Etapa de medición del sesgo cognitivo, Para esta etapa
primero, se busca evaluar el nivel de adherencia a la prevención que tienen las
personas con respecto a las enfermedades no transmisibles (ENT); para ello se
utilizará un test de 50 preguntas elaborado en cuatro mediciones: mediciones
físicas, mediciones dietéticas, mediciones de higiene y mediciones de control. Luego
se realiza la correlación entre el nivel de conocimiento en salud y la
adherencia a la prevención en salud de las personas utilizando el método del
chi cuadrado al ser 2 variables cualitativas. En donde al existir: conocimiento
en salud adecuado – adherencia a la prevención en salud bajo; significa que
existe un sesgo cognitivo significativo.
Etapa de determinación de
los factores clave que generan el sesgo cognitivo. En esta etapa
primero se aplica un test de 50 preguntas basado en 10 dimensiones alineadas a
la teoría de Kahneman: racionalidad limitada (los primero 7 criterios), voluntad
limitada (los criterios 8 y 9) y egoísmo limitado (el criterio 10); los cuales
son: exceso de confianza, heurística de disponibilidad, aversión a las
pérdidas, status quo, encuadre, anclaje, heurística de afecto, sesgo del
presente, agotamiento del ego y normas sociales. Posteriormente a ello, se
evalúa los niveles de impacto de cada dimensión en la generación del sesgo
cognitivo, y poder utilizar estos resultados en la elaboración del modelo
conductual basado en los resultados de cada dimensión si requiere ser
modificado o ser reforzado en las personas que utilizan los servicios de salud
pública.
Etapa de estructuración del
modelo conductual. En esta etapa primero, se evalúan los resultados
obtenidos al considerar los factores claves que generan el sesgo cognitivo
existente. Como segundo punto, se elabora un modelo conductual que permita
mejorar la conducta preventiva de los usuarios de los servicios de salud,
utilizando la teoría sobre nudging (empujes de comportamiento)
el cual determina las bases del comportamiento deseado y el autocontrol, así
como evaluar el comportamiento consciente e inconsciente, Como tercer punto se
toma como base el modelo conductual realizado por el Banco Interamericano de
Desarrollo (2014) para países de Latinoamérica, el cual determina su
estructuración en las siguientes dimensiones: intervenciones informativas,
incentivos financieros positivos, dispositivos previos al compromiso,
retroalimentación y recordatorio e incentivos conductuales.
RESULTADOS
Y DISCUSIÓN
El Nivel de Conocimiento en Salud de los Usuarios
de los Servicios de Salud Pública
Dentro de las medidas de alfabetización
existe un indicador muy importante que permite saber si las personas tienen la
capacidad de entender el material relacionado con el cuidado de la salud
(folletos de difusión, formularios y solicitudes de atención médica,
instrucciones para tomar pastillas, recetas médicas, etc.). El alto
conocimiento sobre la salud está asociado con un mejor cuidado, menores
probabilidades de ser internado en el hospital, un menor riesgo de infección
con gonorrea y de desarrollo de cáncer cervical, un mejor control de la
diabetes, así como el adecuado cuidado de otras enfermedades. Además, un nivel
alto de conocimiento sobre la salud permite una mayor comprensión sobre la
prevención de las infecciones de transmisión sexual mientras que las personas con un nivel
bajo de conocimiento sobre la salud tendrán más dificultades para usar los
servicios de los sistemas de salud y sólo harán uso de ellos cuando estén enfermas.
Tabla
1
Nivel de conocimiento en salud de los usuarios
de los servicios de salud pública del distrito de Trujillo
|
N° |
% |
Bajo Medio Alto |
1 6 397 |
0,2 1,5 98,3 |
Total |
404 |
100,0 |
De la tabla 1 se aprecia que de los encuestados, el 98.3% (397 usuarios) presentan
un nivel alto de conocimiento y sólo el 0.2% un nivel bajo, por lo tanto conocen las condiciones reales de lo que es
una enfermedad y los efectos si no es tratada a tiempo, así como también entienden
que es necesario evitar tener un problema de salud a través de la prevención.
Este resultado concuerda
con lo reportado en los estudios realizados en hospitales de Perú por Hidalgo
(2018) y Vilchez (2008), donde se encontró una
inadecuada alfabetización de 34% y de 43%, respectivamente. Asimismo, esta
cifra es similar a lo descrito en otros estudios realizados en América Latina.
El Comportamiento actual de los usuarios de los
servicios de salud pública
Para determinar el comportamiento
actual de los usuarios de los servicios de salud pública se elaboró un test que
permite medir la adherencia que tiene el usuario a la prevención de los
problemas de salud, así prolongar un estado saludable el mayor tiempo posible
hasta que sea necesario tomar acciones curativas en algún hospital.
Tabla
2
Nivel de comportamiento en salud preventiva en los
usuarios de los servicios de salud pública del distrito de Trujillo
|
N° |
% |
|
Física |
Inadecuado |
313 |
77,5 |
Regular |
91 |
22,5 |
|
Adecuado |
0 |
0,0 |
|
Dietética |
Inadecuado |
10 |
2,5 |
Regular |
368 |
91,1 |
|
Adecuado |
26 |
6,4 |
|
Higiene |
Inadecuado |
1 |
0,2 |
Regular |
39 |
9,7 |
|
Adecuado |
364 |
90,1 |
|
Controles físicos |
Inadecuado |
351 |
86,9 |
Regular |
42 |
10,4 |
|
Adecuado |
11 |
2,7 |
|
Controles emocionales |
Inadecuado |
4 |
1,0 |
Regular |
111 |
27,5 |
|
Adecuado |
289 |
71,5 |
|
Total |
404 |
100,0 |
De la
tabla 2 se encontró, en cuanto al comportamiento
preventivo de los usuarios de los servicios de salud, que en la medición
física el 77.5% (313 usuarios) muestran un comportamiento preventivo inadecuado,
en la medición dietética el 91.1% (368 usuarios) presentan un comportamiento
regular, respecto a la higiene el 90.1% (364 usuarios) presentan comportamiento
adecuado y para los controles físicos el 86.9% (351 usuarios) muestran
comportamiento inadecuado, estos datos conllevan a determinar
una adherencia a la prevención de 26%, cifra muy inferior a lo reportado en
estudios realizados anteriormente por Carhuallanqui
(2010) y Fernandez-Arias (2014), cuyo valor en
adherencia a la prevención osciló entre el 37% a 41% respectivamente utilizando
el mismo instrumento. Se pueden esbozar una serie de hipótesis ante este
hallazgo considerando que la mayoría de pacientes contaban con SIS, quizás
factores como la mala atención percibida en los hospitales públicos o la
desconfianza con la prestación brindada influyeron en la poca adherencia reportada,
lo cual podría deteriorar la continuidad del tratamiento.
Sesgo Cognitivo en los Usuarios
de los Servicios de Salud Pública
A pesar que los usuarios conocen las condiciones reales de lo que es
una enfermedad y los efectos si no es tratada a tiempo, no tienen un
comportamiento de mantener un régimen de prevención para evitar tener un
problema de salud de largo plazo.
En la tabla 3 se aprecia, que de los
397 encuestados que presentaron un nivel alto conocimiento, el 77.6% de los
usuarios presentan comportamiento inadecuado en medidas preventivas físicas.
De la
tabla 4 se aprecia, que de los 397 usuarios que presentaron un nivel alto
conocimiento, el 91.2% de los usuarios presentan comportamiento regular en
medidas preventivas dietéticas y el 2.5% comportamiento inadecuado; mientras
que los usuarios que mostraron un nivel de conocimiento bajo, se evidencia
que el 100% se ubica en un comportamiento adecuado.
De
la tabla 5 se aprecia, que de los 397 usuarios que presentaron un nivel alto
conocimiento, el 89.9% de los usuarios presentan comportamiento adecuado en
medidas preventivas de higiene y el 9.8% comportamiento regular.
De
la tabla 6 se aprecia, que de los 397 usuarios que presentaron un nivel alto
conocimiento, el 87.2% de los usuarios presentan comportamiento inadecuado en
medidas preventivas de controles físicos y 10.1% comportamiento regular.
Tabla
3
Sesgo cognitivo y salud preventiva física en
los usuarios de los servicios de salud pública del distrito de Trujillo
|
Física |
Total |
|||
Inade-cuado |
Regular |
||||
Nivel de
conocimiento |
Bajo |
N° |
1 |
0 |
1 |
% |
100,0% |
0,0% |
100,0% |
||
Medio |
N° |
4 |
2 |
6 |
|
% |
66,7% |
33,3% |
100,0% |
||
Alto |
N° |
308 |
89 |
397 |
|
% |
77,6% |
22,4% |
100,0% |
||
Total |
N° |
313 |
91 |
404 |
|
% |
77,5% |
22,5% |
100,0% |
Tabla 4
Sesgo cognitivo y salud
preventiva dietética en los usuarios de los servicios de salud pública del
distrito de Trujillo
|
Dietética |
Total |
||||
Inadecuado |
Regular |
Adecuado |
|
|||
Nivel de conocimiento |
Bajo |
N° |
0 |
0 |
1 |
1 |
% |
0,0% |
0,0% |
100,0% |
100,0% |
||
Medio |
N° |
0 |
6 |
0 |
6 |
|
% |
0,0% |
100,0% |
0,0% |
100,0% |
||
Alto |
N° |
10 |
362 |
25 |
397 |
|
% |
2,5% |
91,2% |
6,3% |
100,0% |
||
Total |
N° |
10 |
368 |
26 |
404 |
|
% |
2,5% |
91,1% |
6,4% |
100,0% |
Tabla 5
Sesgo cognitivo y salud
preventiva de higiene en los usuarios de los servicios de salud pública del
distrito de Trujillo
|
Higiene |
Total |
|||||
Inadecuado |
Regular |
Adecuado |
|||||
Nivel de conocimiento |
Bajo |
N° |
0 |
0 |
1 |
1 |
|
% |
0,0% |
0,0% |
100,0% |
100,0% |
|||
Medio |
N° |
0 |
0 |
6 |
6 |
||
% |
0,0% |
0,0% |
100,0% |
100,0% |
|||
Alto |
N° |
1 |
39 |
357 |
397 |
||
% |
0,3% |
9,8% |
89,9% |
100,0% |
|||
Total |
N° |
1 |
39 |
364 |
404 |
||
% |
0,2% |
9,7% |
90,1% |
100,0% |
|||
Tabla 6
Sesgo cognitivo y salud
preventiva en controles físicos en los usuarios de los servicios de salud pública
del distrito de Trujillo
|
Controles físicos |
Total |
||||
Inadecuado |
Regular |
Adecuado |
||||
Nivel de
conocimiento |
Bajo |
N° |
1 |
0 |
0 |
1 |
% |
100,0% |
0,0% |
0,0% |
100,0% |
||
Medio |
N° |
4 |
2 |
0 |
6 |
|
% |
66,7% |
33,3% |
0,0% |
100,0% |
||
Alto |
N° |
346 |
40 |
11 |
397 |
|
% |
87,2% |
10,1% |
2,8% |
100,0% |
||
Total |
N° |
351 |
42 |
11 |
404 |
|
% |
86,9% |
10,4% |
2,7% |
100,0% |
Tabla 7
Sesgo cognitivo y salud
preventiva en controles emocionales en los usuarios de los servicios de salud
pública del distrito de Trujillo
|
Controles emocionales |
Total |
||||
Inadecuado |
Regular |
Adecuado |
||||
Nivel de conocimiento |
Bajo |
N° |
0 |
1 |
0 |
1 |
% |
0,0% |
100,0% |
0,0% |
100,0% |
||
Medio |
N° |
0 |
0 |
6 |
6 |
|
% |
0,0% |
0,0% |
100,0% |
100,0% |
||
Alto |
N° |
4 |
110 |
283 |
397 |
|
% |
1,0% |
27,7% |
71,3% |
100,0% |
||
Total |
N° |
4 |
111 |
289 |
404 |
|
% |
1,0% |
27,5% |
71,5% |
100,0% |
De la tabla 7 se aprecia, que de
los 397 usuarios que presentaron un nivel alto conocimiento, el 71.3% de los
usuarios presentan comportamiento adecuado en medidas preventivas de
controles emocionales y 27.7% comportamiento regular; mientras que los usuarios
con un nivel de conocimiento bajo, evidenciaron ubicarse en un nivel regular
de comportamiento.
Tabla
8
Asociación entre Alfabetización en Salud y Adherencia
a la Prevención
|
Adherencia
a la prevención |
|
|
Alfabetización en salud |
Adherente |
Inadherente |
Total |
Inadecuada |
0.14 |
0.05 |
0.18 |
Adecuada |
0.08 |
0.03 |
0.11 |
|
0.22 |
0.08 |
0.29 |
Los
resultados obtenidos reflejan un chi cuadrado = 0.29 con un valor p > 0.05 (0.59),
indicando entonces que no existe asociación entre la alfabetización y la
adherencia a la prevención en salud, por lo tanto existe un sesgo cognitivo
dado que mientras mayor es el nivel de conocimiento en salud de las personas
mayor debería ser su comportamiento a tomar medidas preventivas en su salud,
pero los resultados indican que no es así y si toman medidas estas son de muy
corto plazo (tabla 8).
Diversos estudios describen que la adherencia a la prevención está
asociada a la alfabetización en salud, en especial en enfermedades no
transmisibles (Mayo-Gamble, 2018). Esto significaría
que, al mejorar la alfabetización en salud los pacientes lograrían comprender
mejor los efectos de una enfermedad y las consecuencias de la prescripción
médica; y estarían más dispuestos a cambiar sus estilos de vida. Asimismo, se
describe que la alfabetización en salud sería un fuerte predictor de
adherencia a la prevención en personas adultas mayores con enfermedades
crónicas, ya que empodera a los pacientes a tomar mejores decisiones sobre su
salud y evita complicaciones relacionadas con sus enfermedades (Traver, 2016). Sin embargo, en este estudio no se encontró
asociación entre éstas dos variables, destacando que en el estudio citado se
describe una tasa global de adherencia mayor a la que nosotros reportamos, lo
cual podría ser un factor que explique estas diferencias.
Componentes
Claves que afectan el Comportamiento Actual hacia Acciones Preventivas
Al consignar los factores conductuales que pueden estar generando el sesgo
cognitivo, encontramos que según Kahneman (2011), el sesgo cognitivo está
determinado por las desviaciones de la racionalidad perfecta, las cuales se pueden
clasificar en tres categorías: la racionalidad limitada, la fuerza de voluntad limitada
y el egoísmo limitado. Estas desviaciones se
ven reflejadas por los siguientes factores: exceso de confianza, heurística de
la disponibilidad, aversión a las pérdidas, status quo, encuadre, anclaje,
heurística de afecto, sesgo del presente, agotamiento del ego y normas sociales;
evaluando si estos criterios afectan el sesgo y deban ser modificados; o,
refuerzan la relación entre conocimiento en salud y adherencia a la prevención
en salud y solo deben ser reforzados, presentando los siguientes resultados.
Referente al
criterio de exceso de confianza, se encontró que la mayoría de los usuarios o
gran parte de ellos consideran tener una probabilidad media de presentar diabetes
(38.5%), Hipertensión (51.8%), Obesidad (43.8%), Depresión (46.5%), cáncer de
mama (39.3%) y problemas bucales (44.5%). Las enfermedades que gran parte de
los usuarios consideran que nunca pueden presentarlas son problemas por fumar
(41%), problemas de salud por consumo de alcohol (37.8%), problemas de salud
por violencia familiar (58%), Sida (51.5%), virus del papiloma humano (36%),
problemas de salud por falta de higiene (65%). Respecto a las enfermedades que
la mayor parte de usuarios le dan baja probabilidad de presentar son:
dislipidemias (59.3%), riesgo cardiovascular (39%), afección renal (57.5%);
enfermedades gastrointestinales (38.8%), aborto natural (33.8%), Hepatitis B
(53.5%); hepatitis C (48.5%), cáncer de colon (35%). Finalmente
califican con alta probabilidad a problemas de la vista (38.5%).
Respecto al
criterio heurístico de disponibilidad, encontramos que la mayoría de los
usuarios de 18 a 29 años (77.1%) y de 30 a 59 años (57.8%), si suelen ver
programas nutricionales; mientras que los adultos mayores de 60 años a más (61.3%),
la mayoría de ellos manifiesta que no suelen escuchar programas nutricionales. En
relación al nivel de impacto en sus hábitos para el cuidado de su salud, 58.8%
del grupo de 18 a 29 años, presentan un nivel de impacto medio; para el caso de
los adultos de 30 a 59 años, evidencian un impacto alto (45.2%); y los adultos
mayores (41.9%) de ellos evidencian un nivel bajo de impacto. Para el caso de
un familiar o amigo cercano, padece de alguna enfermedad el 86.5% de los
usuarios manifiesta, tener un familiar o amigo cercano con una enfermedad,
ocasionándoles al 37.8% un alto impacto.
En el criterio
de aversión de pérdidas, se observa que el tiempo máximo para mantener una
dieta en los jóvenes de 18 a 29 años, fue de menos de un mes (51.2%); en los adultos
de 30 a 59 años fue de 1 a 3 meses (43.2%) y en los adultos mayores llegó a
pasar el año (41.9%). Para el tiempo que han podido mantener realizando ejercicios
mínimos 3 veces por semana, en los jóvenes de 18 a 29 años, fue de 3 a 6 meses
(41.8%); en los adultos de 30 a 59 años fue de menos de 1 mes (32.7%) y en los
adultos mayores llegó a pasar el año (29%). Referente a la aceptación del
servicio de salud en atención primaria 50% menos caro en cualquier hospital del
estado a cambio de incrementar los impuestos a los alimentos no saludables en
un 25% más, el 73.3% considera aceptar la propuesta y de ellos; el 15% de los
usuarios proponen que el incremento de impuesto debe ser menos del 5%.
En
el criterio status quo, se observa que la mayoría de jóvenes de 18 a 29 años,
66.5% de ellos sí optan por la elección de algún producto y/o servicio de
manera predeterminada; en el caso de los adultos o adultos mayores la mayoría
no optan por la elección de algún producto y/o servicio de manera
predeterminada, siendo respectivamente 57.8% y 71%. De igual manera, se
observa que la mayoría de jóvenes de 18 a 29 años, 65.9% de ellos sí firma un
documento referente a su estado de salud de manera predeterminada; en el caso
de los adultos o adultos mayores la mayoría no firma un documento referente a
su estado de salud de manera predeterminada, siendo respectivamente 58.8% y
74.2%. Referente a firmar un documento de un chequeo preventivo entregado de
manera predeterminada el 61.8% del total de encuestados si lo firmaría.
En
el criterio encuadre, se observa que la mayoría de encuestados el 74% sí compraría
carnes frías que se anuncian como 90% libres de grasa y el 68% sí compraría
carnes frías que se anuncian que contienen 10% de grasa.
En
el criterio de anclaje, se observa que la mayoría de encuestados el 60.5% no
suele comprar productos que pueden visualizar y escoger sin importar si son
sanos o no. Respecto a la percepción de productos sanos, se observa en los
jóvenes y adultos mayores que la mayoría o gran parte de ellos consideran un
producto sano a un producto que se encuentre fresco, siendo respectivamente
57.6% y 29%; mientras que en los adultos el 40.7% de ellos consideran que son
aquellos productos sin octógonos.
En
el criterio heurístico de afecto, se observa que gran parte de jóvenes el
41.8% consideran que es muy impactante las imágenes que aparecen en las
cajetillas de cigarrillos; para los adultos, el 29.6% de ellos consideran que
es impactante las imágenes que aparecen en las cajetillas y para los adultos
mayores el 35.5% indican que no es nada impactante. Respecto al impacto
generado cuando ven campañas de no tomar en redes sociales o en la televisión
donde muestran casos reales y crudos de personas afectadas, el 48.8% de los
encuestados indican que les resulta impactante, siendo el mismo efecto en
todos los grupos etarios.
En
cuanto al criterio sesgo del presente, se observa que 51.2% de los jóvenes y
54.8% de los adultos mayores, mencionan que es regular posponer para mañana el
inicio de una dieta o el inicio de un programa de ejercicios; mientras que el
45.2% de los adultos indican que es frecuente posponer para mañana el inicio de
una dieta o el inicio de un programa de ejercicios. Así mismo se verifica que
51.8% de los jóvenes y el 41.2% de los adultos, indican que es para ellos regular
posponer para otro momento la realización de un chequeo preventivo para
conocer si no tiene un problema de salud porque algo físico le aqueja y en el
38.7% de los adultos mayores, se observa que es poco frecuente posponer para
otro momento la realización de un chequeo preventivo para conocer si no tiene
un problema de salud porque algo físico le aqueja.
Con
respecto al criterio agotamiento del ego, se observa que 41.8% de los encuestados,
siempre se controlan en comer dulces, comida chatarra, fumar cigarrillos o
tomar alcohol con mayor frecuencia, así mismo el 49.8% de los encuestados
indican que siempre se preocupan por el valor nutricional de los alimentos que
compra.
Finalmente, referente
al criterio normas sociales, en la cual la persona le puede dar importancia en
imitar situaciones que vea en su entorno social, se observa que el 28.7% de los
encuestados, indica que al menos una persona en su familia y/o amigos se
alimentan sano y/o hacen ejercicios; el 33.8% indican que dos personas en su
familia y/o amigos se alimentan sano y/o hacen ejercicios y 30.5% mencionan que
dos personas en su familia y/o amigos, se realizan chequeos preventivos de
salud.
Propuesta
de Modelo Conductual que Permite Modificar el Comportamiento Actual hacia
Acciones Preventivas
Con respecto al modelo conductual, es
necesario considerar que para emplear mejoras en el
diseño de las intervenciones de salud, se debe priorizar en la adopción de
estilos de vida saludables para disminuir los factores de riesgo asociados con
las enfermedades no transmisibles (ENT). Por ello es importante concentrarse en
las modificaciones del comportamiento, siendo las instituciones del estado que
manejan políticas y programas de salud pública las que pueden suscitar dichos
cambios aplicando intervenciones conductuales.
Si
se logra diseñar adecuadamente las intervenciones basadas en la economía del
comportamiento, estas tendrán la posibilidad de aprovechar los mismos sesgos
conductuales que motivan a las personas a asumir comportamientos de riesgo para
fomentar que logren estilos de vida más saludables y de esta forma minimizar
los riesgos a desarrollar ENT. Es por
ello que se plantea un modelo conductual apoyado con los temas que se
examinaron en “Behavioral Economics
Guidelines with Applications for Health Interventios” de Luoto y Carman (2014), permitiendo darle soporte al modelo.
Cambiar la Prominencia de las Opciones
La posibilidad
a que las decisiones de los individuos se vean impactadas por el encuadre, el
anclaje o el sesgo del status quo que se ofrece a los responsables que se
encargan de formular políticas, con la posibilidad de influir en los
comportamientos modificando los esquemas de interpretación alrededor de las
alternativas que se tienen, cambiando el anclaje o el valor por defecto. Las
intervenciones que tienen como base estos enfoques alteran la presentación de
las alternativas para que destaque la opción “deseable” y sea más fácil su
elección.
Un ejemplo de
este tipo de intervenciones figura las modificaciones de los menús de un
restaurante, con la finalidad de que las opciones más saludables aparezcan en
la primera página, mientras tanto las poco saludables pasen a la parte
posterior (Downs et al., 2009).
Otro ejemplo es
la ubicación de las barras de ensaladas en el centro de las cafeterías (Just y Wansink, 2009). Estos cambios de ubicación generan un
pequeño e inmediato costo a la búsqueda de opciones menos saludables (lograr
llegar hasta la parte posterior del menú, o tener que desplazarse por toda la
cafetería solo para encontrar las comidas desaconsejables). Lo que en teoría
equilibra los costos y beneficios relativos de las alternativas saludables y
las que no lo son, permite que las opciones más saludables se conviertan en la
alternativa predeterminada implícita.
Alterando el Encuadre y el anclaje
Las acciones
dirigidas para tener control sobre las porciones de los alimentos que se
ingieren, modifican la proporción de la ración y elaboran un anclaje
socialmente deseable acorde a la proporción de comida que se debe consumir.
En un estudio
desarrollado en Canadá se determinó que los pacientes obesos que sufren de
diabetes y que usan platos de control de porciones podían lograr una mayor pérdida
de peso, permitiendo con ello el uso de menos medicamentos para la diabetes
después de 6 meses, en comparación del grupo de control que recibía un
tratamiento convencional basado en una educación nutricional (Pedersen et al.,
2007).
En este orden
de ideas, Zimmerman (2009) plantea la hipótesis de que el efecto de encuadre
también podría funcionar cuando se trata de motivar a la gente a que haga más
actividad física. Específicamente, este autor sugiere encuadrar la actividad
física de un modo que figure como algo entretenido y no como algo forzado, a
diferencia de cómo suelen hacer los médicos y los organismos cuando buscan
implementar las políticas.
Dispositivos previos al compromiso
Los
dispositivos previos al compromiso utilizan al máximo el sesgo del optimismo,
así como la aversión a las pérdidas y a desaprovechar oportunidades, para
contrarrestar los sesgos que están relacionados con una fuerza de voluntad
limitada. Los contratos de compromiso y los compromisos blandos son dos tipos
de dispositivos previos al compromiso frecuentemente utilizados.
El contrato de compromiso brinda
a las personas de los medios necesarios para adoptar comportamientos saludables
en el futuro, obligándose hoy a pagar una penalidad en caso de incumplimiento
con el compromiso.
Estos
dispositivos combaten las preferencias inconsistentes en el tiempo, el descuento
hiperbólico y el sesgo del presente refrenando el sistema automático y obligando
a las personas a alinear las acciones futuras con las intenciones actuales.
Muchos de los contratos de compromiso también adhieren sorteos e incentivos
financieros.
Las personas
hacen contratos debido a que tienden a ser muy optimistas en su capacidad de
cumplirlos. Una vez obtenido el compromiso se activa la aversión a las pérdidas
y a desaprovechar oportunidades, motivando de esta forma a los individuos a
mantener su compromiso para no ser castigados o perder la oportunidad de lograr
una recompensa.
Por ejemplo, se
pueden usar los contratos de compromiso para que los estudiantes se comprometan
previamente con un plato principal en vez de elegir qué van a comer mientras
hacen fila en la cafetería, de esta manera estarían tomando decisiones más
saludables en relación con lo que van a almorzar (Hanks,
Just y Wansink, 2013).
Otro ejemplo es
el de los programas de ejercicio pre pagados y el sitio en la red stickK.com,
donde se permite a los usuarios fijar sus propias metas y apostar su propio
dinero a que podrán cumplirlas. Estos tipos de contratos se están utilizando
con mayor frecuencia para promover una serie de comportamientos con vista al
futuro, entre ellos ahorrar (Ashraf, Karlan y Yin, 2006), dejar de fumar (Giné,
Karlan y Zinman, 2010) y
perder peso (Volpp et al., 2008).
Los compromisos blandos, entre
ellos figuran las promesas de lograr algo en el futuro sin necesidad de hacer
un contrato vinculante. Si alguna persona no logra cumplir el contrato blando,
padece consecuencias psicológicas en lugar de pérdidas económicas (Bryan et al.,
2010). En un meta análisis sobre la eficacia de dichas intervenciones para toda
una gama de comportamientos relacionados con la salud (desde el uso de
preservativos y bloqueadores de sol, hasta el autoexamen de seno) se estableció
que un mediano a gran impacto en las intenciones de la gente conduce a una
pequeña a mediana modificación en sus comportamientos (Webb
y Sheeran, 2006).
Sorteos e incentivos financieros
Los sorteos y
los incentivos financieros también se pueden utilizar para aprovechar los
sesgos de exceso de confianza y optimismo (la tendencia a sobreestimar
probabilidades reducidas) y la aversión a desaprovechar oportunidades que
permitan superar distintas barreras de comportamiento e impulsar conductas
saludables.
Los sorteos son incentivos
que otorgan una pequeña oportunidad de ganar una gran cantidad de dinero a
cambio de adoptar una determinada actividad. Las personas se muestran
dispuestas a adecuar su comportamiento a cambio de la posibilidad de lograr
participar en un sorteo porque tienden a sobreestimar sus oportunidades de
ganar y no quieren tener que lamentar el hecho de no haber aprovechado la
posibilidad de ganar un premio sustancioso. La aversión a perder puede
utilizarse de manera efectiva en aquellas intervenciones que automáticamente
incluyen a la gente en el sorteo pero que solo les permite pedir su premio
siempre que hayan logrado los resultados deseados en materia de salud.
Los incentivos
financieros involucran premios en efectivo siempre que se cumpla plenamente la
meta de salud. Aunque este tipo de incentivos se complementa adecuadamente con
el modelo de agente racional, su diseño toma en cuenta algunas de las
perspectivas de la economía del comportamiento. En un amplio análisis acerca de
su efectividad se halló evidencia muy sólida de que los incentivos financieros
motivan el cumplimiento de las metas; mientras las recompensas sean inmediatas
y cuantiosas (para superar el sesgo del presente y comportamientos
inconsistentes en el tiempo), más grandes los efectos (Lussier et al., 2006).
En las intervenciones
que tienen que ver con la gestión de contingencias, vemos por ejemplo los
incentivos que se otorgan a los adictos para que dejen de ser dependientes de
la sustancia que consumen, se ha encontrado que incentivos de montos reducidos
(por ejemplo unos pocos dólares por semana) pueden ser
efectivos, por lo que se sugiere la posibilidad de que la inmediatez de la
recompensa sea suficiente para combatir la urgencia de consumir la sustancia
(John et al., 2012).
En un estudio
muy reconocido en el que se usaron incentivos financieros y sorteos para
alentar la pérdida de peso, Volpp et al. (2008)
dieron a los participantes obesos la oportunidad de comprometer un depósito de
hasta US$ 250 (Dólares Americanos) al mes y de recuperar ese dinero más un
incentivo del mismo valor si lograban alcanzar su meta. Si no lo lograban,
perderían el dinero otorgado inicialmente. A un segundo grupo se le invitó a
participar en un sorteo pero solo obtendría el premio
si alcanzaba cumplir su meta. Los dos incentivos funcionaron, y los
participantes lograron perder más peso en promedio que los del grupo de
control, aunque la mayoría ganó nuevamente peso una vez que cesaron los
incentivos.
Retroalimentación, recordatorios y auto
monitoreo
Entre los
instrumentos que han sido sugeridos por la economía del comportamiento para
contrarrestar las barreras relacionadas con la fuerza de voluntad limitada
figuran la retroalimentación sobre el progreso de la persona para lograr una
meta y los recordatorios personales. Estos 2 instrumentos pueden incrementar
el grado de conciencia sobre los comportamientos de salud propios, resaltar las
metas personales que permitan mejorar esos comportamientos y recordar a la
persona los beneficios futuros de adherirse a los propósitos establecidos.
Estos tipos de intervenciones también aprovechan el efecto de encuadre para
hacer hincapié en las ganancias o pérdidas según sea el caso y así continuar
motivando a las personas.
El auto
monitoreo es una forma de retroalimentación, que se utiliza frecuentemente en
las intervenciones orientadas a motivar la pérdida de peso, enfocada en la
autorregulación del comportamiento. En un experimento que se desarrolló, se evaluó
el papel que tiene la retroalimentación por la vía de mensajes de texto mHealth (salud móvil) con el objetivo de alentar el auto
monitoreo durante un régimen de pérdida de peso. En dicho estudio que tomó
cerca dos años de duración se encontró que los mensajes diarios de retroalimentación
conllevaron a una mayor adherencia al monitoreo y aumentaron la pérdida de
peso. Sin embargo, el efecto promedio fue solamente del 2% frente al peso de
referencia (Burke et al. 2012).
Efectos de pares e incentivos sociales
La influencia
de los pares en el comportamiento de las personas ha sido un tema muy
estudiado en las ciencias sociales. La teoría indica que las normas sociales y
las interacciones interpersonales pueden tener un poderoso impacto en las
preferencias, acciones y resultados de salud, como es el caso de las
preferencias relativas al consumo del alcohol (Kremer
y Levy, 2008), la decisión de fumar (Powell, Tauras y
Ross, 2005) y la probabilidad de volverse obeso (Christakis
y Fowler, 2007).
Como es de verse,
los pares pueden tener un efecto negativo en nuestro comportamiento, también
existen muchos casos reales en que los efectos de pares han sido aprovechados
para impulsar el logro de metas personales. Los incentivos sociales son un
mecanismo de la economía del comportamiento que cuenta con un gran potencial
para sustituir a los incentivos financieros. La literatura muestra que incentivos
sociales como el reconocimiento de pares pueden ser mucho más efectivos que los
incentivos financieros cuando se trata de estimular a la gente a que se involucre
en actividades sociales, como por ejemplo impulsar y vender el condón femenino
(Ashraf et al., 2012). También se ha demostrado que
los incentivos sociales pueden complementar o sustituir los incentivos financieros
cuando se trata de estimular a las personas a que haga un esfuerzo mayor en el
lugar de trabajo (Bandiera et al., 2009). Grupos de
autoayuda como Weight Watchers
y Alcohólicos Anónimos son ejemplos de cómo los pares pueden ayudar a los
individuos a superar barreras que están relacionadas con fuerza de voluntad
limitada.
Sencillamente
concientizar a los individuos sobre la manera de cómo se compara su situación
con la de otros puede lograr ser un mecanismo muy efectivo para impactar en su
comportamiento. Zimmerman (2009) arguye que lograr cambiar las percepciones de
los individuos sobre las normas sociales que merodean un estilo de vida activo,
por ejemplo presentando los hábitos promedio de
ejercicio de sus pares, puede motivar a dichas personas a adoptar el mismo
estilo de vida.
En otro
ejemplo, los informes de calificaciones de los estudiantes venían acompañados
de un “informe de obesidad” en el que se señalaba en qué percentil se situaba
el estudiante en la distribución del índice de masa corporal de los chicos de
la misma edad que asistían a la misma escuela.
Cabe indicar
que programas como el anterior todavía no han sido evaluados apropiadamente,
además de que han sido muy criticados por su efecto negativo en la autoestima
de los menores y además no son coherentes con otros hábitos de las escuelas,
como ofrecer comidas no saludables (Carman y Kooreman, 2011).
Factores de encauce
Los factores de
encauce son esos pequeños detalles que o bien facilitan o bien restringen los
medios a utilizar para obtener la meta trazada. Las intervenciones conductuales
pueden utilizar los factores de encauce para lograr superar barreras que suelen
surgir en presencia de una fuerza de voluntad y racionalidad limitadas, al generar
un empujoncito sutil a los individuos para que cumplan con sus objetivos.
Por ejemplo,
solicitar a los individuos que piensen cómo van a lograr sus metas y no solo
que las mencionen puede relacionarse a una mayor tasa de éxito. En un estudio
sobre la tasa de vacunación contra el tétano se evidenció que la probabilidad
de que los alumnos universitarios concurrieran a un centro de salud para que
sean vacunados fue 9 veces mayor entre los que se les facilitó un mapa con la ubicación
del centro de salud y se les solicitó que se trazaran imaginariamente el trayecto
para llegar al lugar, en comparación con los alumnos a quienes solo se les
explicó de los beneficios por recibir la vacuna (Leventhal
et al., 1965). Cabe suponer que un elemento similar sería útil para ayudar a
que la personas logren su propósito de hacer ejercicios con disciplina y
mantengan una dieta saludable.
CONCLUSIONES
Existe un nivel de alfabetización en
salud de 98% siendo un porcentaje alto en las personas que utilizan los
servicios de salud. El nivel de adherencia a la prevención es de 26% siendo
inferior a lo reportado en otros estudios realizados en Perú. No se encuentra
asociación estadística entre la adecuada alfabetización en salud y la adherencia
al tratamiento presentando un factor de correlación de 0.29 y un valor p de
0.59. Se determina que existe un sesgo cognitivo en los usuarios de los
servicios de salud pública.
Los resultados obtenidos indican que los factores que impactan en el sesgo
cognitivo y que deben ser modificados son: exceso de confianza (49.50%),
aversión a las pérdidas (55.89%), anclaje (81.58%), heurística del afecto
(71.05%), sesgo del presente (50%), agotamiento del ego (52.63%) y normas
sociales (82.46%); mientras que los factores que solo deberían ser reforzados
en el modelo conductual son: heurística de la disponibilidad (44.12%), status
quo (56.14%) y encuadre (54.39%).
El modelo conductual propuesto toma en
cuenta considerar cambiar la prominencia de las opciones basado en el sesgo de
la heurística de disponibilidad, alterar el encuadre y el anclaje, desarrollar
dispositivos previos basado en contratos al compromiso y compromisos blandos,
manejar sorteos e incentivos financieros, manejar retroalimentación, monitoreo
y autocompromiso, utilizar el efecto de pares e
influencias sociales, así como factores de encauce. Para el acoplamiento de
los nudging con los sesgos conductuales es necesario
identificar los cuellos de botella conductuales a través de grupos focales y
encuestas, permitiendo verificar la presencia de principios heurísticos que
puedan ser aprovechados para mejorar los resultados deseados en las políticas
en promoción de la salud presentadas por el gobierno.
Por último, cabe insistir en que el presente modelo
conductual puede ser empleado en otros tipos de intervenciones de salud (más
allá de las ENT) como en el caso de la presente pandemia que estamos atravesando
del covid-19, donde en el año 2020 se amplió el gasto público en salud de 24
000 millones a cerca de 31 000 millones, un incremento de cerca del 0.86% del
PBI, el cual si hubiera existido mejores conductas sociales en salud, el riesgo
de contagio hubiera sido menor conllevando una resistencia al contagio hasta
el momento en que hubiera aparecido la vacuna como ocurrió en muchos países
como el caso de Japón, así mismo el gasto en salud se hubiera redirigido a
impulsar a la investigación de crear una vacuna.
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